En una noche histórica , Charly García hizo temblar al teatro Colón. La cultura puso las cosas en su lugar: el máximo músico argentino vivo fabricando su arte en vivo en el máximo coliseo nacional.
Fue tanta la magia y la tecnología que en un momento, apareció como un fantasma la voz de la gran Negra Nacional y cantó a dúo con Charly. La emoción se transformó en una usina de energía que sacudió el teatro.
“Desde Marta Minujin hasta el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, pasando por Juanse. La opera y el sintetizador, el violonchelo y el bandoneón, la lírica y el rocanrol. Un concierto irrepetible en el que muchos padres tararearon las canciones con sus hijos. La memoria se hizo ceremonia y estremeció la piel cuando Charly recordó que los amigos del barrio pueden desaparecer pero aseguró que los dinosaurios ya desaparecieron. Aquel ex colimba, llegó a escribir que “si ellos son la patria, yo soy extranjero”. Nunca el autoritarismo. Siempre la libertad. Así en el arte como en la tierra. Al lado del diablo indomable que pateó todos los tableros cantaba un ángel llamado Rosario, la hija de Palito Ortega. ” Describe Leuco en su columna se Radio Continental.