Una valiosa pieza del patrimonio arquitectónico y cultural porteño tiene una nueva oportunidad de ser rescatada del olvido. El gobierno porteño elevará hoy a la Legislatura de la ciudad un proyecto de ley para expropiar el edificio de la tradicional Confitería del Molino, frente al Congreso Nacional, y llamar a concurso para su puesta en valor y recuperación mediante una concesión.
Sobre los usos que podrá darse al inmueble, diseñado por el arquitecto Francisco Terencio e inaugurado en 1917, voceros del Ministerio de Desarrollo Urbano porteño señalaron que, en principio, sólo se exigirá reabrir una confitería con la misma denominación en la planta baja y deberá discutirse con la oposición el destino que se dará a los otros pisos del edificio.
Como la propiedad ya fue catalogada con nivel de protección estructural y, además, la confitería fue declarada monumento histórico nacional, buena parte de su estructura y sus instalaciones originales deberán ser respetadas, lo que impedirá daños al valor arquitectónico del edificio, situado en Callao y Rivadavia.
El proyecto de expropiación -que, según fuentes parlamentarias, ingresará hoy en la Legislatura- tiene amplias posibilidades de ser aprobado, a diferencia de varias iniciativas anteriores en el mismo sentido que había presentado la oposición, que no prosperaron.
Ahora, sumados los votos opositores -que probablemente se sumen al impulso del Poder Ejecutivo- más las 28 voluntades que maneja el macrismo (26 de su bancada y dos aportados por Bases para la Unión, un desprendimiento de la ex Coalición Cívica), se alcanzarían fácilmente los 31 votos necesarios para la expropiación.
La llegada a la Legislatura del proyecto oficial permitirá mantener vigente la posibilidad de avanzar con la recuperación de la Confitería del Molino, que permanece cerrada y en estado de abandono desde hace catorce años.