A sus 36 años, Ariel Giaccone ha decidido colgar los botines. Su marcha, sin embargo, no es una más. El exfutbolista de Ferro Carril Oeste , entre otros, dejó el fútbol para ayudar a su hija, que necesitaba un trasplante de riñón para tener una vida normal.
Giaccone, ex jugador de Ferro, dejó a un lado su pasión para ayudar a su hija Gabriela, diagnosticada de una insuficiencia renal el pasado mes de abril que le hacía necesitar un trasplante. «Ahora veo que está recuperada y me explota el corazón», explica Ariel en un reportaje publicado por el diario Clarín semanas después de la larga operación.
Los últimos meses fueron una pesadilla para Giaccone. «Me escapaba del trabajo para estar con ella el tiempo que duraba la diálisis, luego no rendía en los partidos porque tenía la cabeza en otro sitio», explica. Desde que tomó la decisión de que él sería el donante, comenzó el otro partido para Ariel. Médicos, pruebas y un sinfín de estudios para comprobar que su riñón sería compatible.
«Cuando me dijeron que todo había salido bien no podía parar de llorar», recuerda. Ahora, entre risas, reconoce que tendrá que buscar otro pasatiempo los domingos por la tarde.