Ferro, ya sin la presión de la tabla y con la tranquilidad de haber asegurado la permanencia, presentó un equipo con varios juveniles formados en el club. La apuesta salió bien: el conjunto verdolaga dominó de principio a fin y regaló un cierre de temporada con mucho aire fresco.
Desde el arranque se vio a un equipo suelto y con confianza. Los más pibes jugaron con personalidad, manejaron el ritmo del partido y mostraron una gran actuación pensando en el futuro del club.
El primer gol llegó tras una gran habilitación de Cuzzani, que disputó apenas su segundo partido como titular y volvió a rendir muy bien, confirmando lo que había mostrado la fecha pasada contra Los Andes. García aprovechó el pase y definió con calidad para abrir el marcador. Obradovich también tuvo una tarde sólida y encontró un gran socio en Olguín, quien fue la figura.
En el complemento, Patronato emparejó el asunto, pero Ferro reaccionó rápido. Olguín, de tiro libre, puso el 2-1 para volver a estar arriba en el marcaodr.
El tercero fue una obra bien de la casa: Montiel armó una gran jugada y asistió a Esidín, que definió para desatar la alegría de toda la tribuna y sellar la victoria verdolaga.
Con una actuación sólida y llena de juventud, el equipo cerró un flojo año con un triunfo que trae alivio, pero también deja en claro que hay mucho por corregir y mejorar para que al próximo torneo se llegue de la manera que el club merece.
El aplauso final llegó acompañado del clásico grito desde las tribunas: “¡Vamos los pibes!”.