La Policía Federal Argentina (PFA) realizó un allanamiento en una vivienda del barrio porteño de Caballito, tras detectar amenazas en redes sociales vinculadas con la intención de cometer un atentado masivo en un establecimiento educativo. El procedimiento fue supervisado por el Ministerio de Seguridad Nacional y orientado a la prevención de actos de índole terrorista.
La investigación se inició a partir de un informe del FBI remitido a la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI), a cargo del fiscal Horacio Azzolin, con intervención del secretario Christian Mansilla. El reporte advertía sobre un usuario que había manifestado en una red social su intención de realizar un tiroteo en una escuela.
Ante la gravedad de la amenaza, la UFECI dio intervención al Departamento Unidad de Investigación Antiterrorista (DUIA) de la PFA, que logró identificar al presunto autor, un joven argentino de 16 años. Los investigadores determinaron que el adolescente admiraba el régimen nazi y había expresado glorificación hacia atacantes múltiples o “asesinos en masa”, además de exaltar conductas violentas.
Con las pruebas reunidas, el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N°1, a cargo de la jueza María Romilda Servini, ordenó el allanamiento del domicilio ubicado sobre la avenida Juan Bautista Alberdi.
Durante el operativo, los efectivos irrumpieron en la vivienda e identificaron al joven, quien se encontraba junto a su familia. En la requisa se secuestraron réplicas de armas de fuego —entre ellas pistolas, un revólver y un subfusil—, además de cuchillos, municiones, gas pimienta, botellas tipo “molotov”, teléfonos celulares, una notebook, un pendrive y cuadernos con anotaciones. Entre los escritos, se halló una carta de despedida y un documento que describía un plan de ataque previsto para noviembre, en el que detallaba la intención de provocar un hecho de extrema violencia en un colegio.
La réplica del subfusil presentaba inscripciones con los nombres de tiradores en masa como Brenton Tarrant, Anders Breivik y Rafael Solich (alias “Pan Triste”).
El adolescente quedó a disposición del magistrado interventor, quien ordenó su evaluación psiquiátrica por parte del Cuerpo Médico Forense. La causa fue caratulada como “Intimidación pública”.
